Juan 17:3 dice así: "Esto significa La Vida Eterna, el que te conozcan a ti, y a mi, el que tu enviaste,. Yeshua, el Mesías" Pero si nos vamos a la exactitud de la interlineal griega, podríamos expresarlo de este otro modo: " Este es el significado de la Vida Eterna, el que lleguen a tener conocimiento de ti, el ÚNICO Dios verdadero, y de aquel a quien enviste como tu emisario, Yeshua, el Mesías" El conocer a alguien implica tener un conocimiento de ese alguien. Si no entendemos como piensa y actúa alguien, si no sabemos como se comporta, en realidad no conocemos a una persona, no tenemos un conocimiento profundo de esa persona.
En la vida, hay muchas interpretaciones y teologías diferentes sobre Dios, pero eso no es un conocimiento fidedigno de la verdad. Al igual que el Mesías cristiano, no es el Mesías judío real, sino una reinterpretación cristiana romana. El verdadero conocimiento se adquiere al quitarse ideas preconcebidas e interpretar la Escritura tal cual está escrita, sin interpretaciones humanas, ni religiosas que lo único que hacen, es que las personas nunca lleguen a un verdadero conocimiento sobre Dios y sobre el Mesías. Como dice 2 Timoteo 3:7 siempre están "aprendiendo" pero NUNCA llegan al pleno conocimiento de la verdad. ( LBLA, Biblia de las Américas)
Primeramente, creer que Dios es Uno solo, como el mismo Dios le transmitió a su pueblo Israel, no tres en uno, como inculco el emperador romano Constantino, qué proclamó al cristianismo religión oficial de estado.
Si queremos ser verdaderos seguidores del Mesías, adora y obedece al Dios que Yeshua proclamo, porque el vino de parte de Él.
En Juan 16:28 Yeshua dijo: Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.
La respuesta de que porque tenemos dificultades en este mundo, esta en 1Juan 3:1: ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a Él (Dios).
Yeshua vino por obediencia al Padre, no vino por voluntad propia, porque el mismo se somete al que lo envió. En Juan 10:28-30 Yeshua dijo: Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
Yeshua dijo: ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta; sino el Padre que mora en mí, hace sus obras (Juan 14:10).
Este texto mal interpretado por entendimiento humano y no divino, nos dice claramente que Dios, el Padre es más grande que todos y lo dijo el propio Mesías incluyéndose, y que de la mano del Todopoderoso nadie puede arrebatar esas almas, porque les pertenecen al único Dios verdadero, porque es el mismo Dios que atrae y escoge a todos los que tienen que ser salvos. Cuando Yeshua dijo: El Padre y yo somos uno, no significa como enseñan las religiones creadas por hombres, que el Padre y el hijo sean el mismo, esto significa que están unidos, que el habló lo que su Padre le indico que dijera, él es su portavoz y evidentemente; el hijo esta de acuerdo con el Padre en todo, eso significa ser Uno, no hay más misterio, porque recuerda el texto que el mismo Yeshua dijo: el Padre es mayor que yo (Juan 14:28).
Cuando una persona se une en matrimonio con otra persona, son uno solo. Aunque cada persona sea diferente individualmente, porque en el matrimonio hay una conexión profunda y cada uno no va a dejar de ser la persona que es, pero se conocen en intimidad y profundidad, saben que es lo que les gusta a cada uno, y lo que no le gusta a la otra persona, se preocupan el uno al otro por agradarse mutuamente cuando se ama de verdad y con sinceridad, incluso te amoldas a la otra persona, para tener una convivencia agradable y placentera, avivando día a día ese amor verdadero.
Otros versículos que son muy claros y lo dice Yeshua son: Juan 17:21 para que todos sean uno como Tú, Padre, en mí, y yo en ti; que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. 22 Y yo les he dado la gloria que me has dado, para que sean uno como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos y Tú en mí, para que sean perfeccionados en una unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y los amaste a ellos como me amaste a mí.
Dios nos conduce a través de su palabra e instrucción, y aún así las personas siguen mal interpretando lo que Dios dejó por escrito, para que podamos meditar, entender y adquirir el verdadero conocimiento.
Por eso en 2 Pedro 3:16 dice:
Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen como también tuercen el resto de las Escrituras para su propia perdición (conveniencia pasajera).
Cada persona tendrá que rendir cuentas, porque nadie su burla del Único Dios verdadero, ni de su hijo. Además; es nuestra responsabilidad investigar todas las cosas y preocuparnos por no perecer por falta de conocimiento.
Proverbios 2:2-7:
Haciendo atento tu oído a la sabiduría, e inclinando tu corazón a la inteligencia, Si invocas a la prudencia, y al entendimiento alzas tu voz, si la procuras como a la plata, y la rebuscas como a tesoros escondidos, entonces entenderás el temor a Yehovah, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque YHVH da la sabiduría, de su boca procede la ciencia y la inteligencia. Él atesora el acierto para los hombres rectos, Es escudo al que anda en integridad.
Un creyente debe creer en Yeshua, en el Mesías que pertenece a la casa de Israel, sabemos por las Sagradas Escrituras de que Dios escogió a un pueblo para ser su propiedad más preciada en la tierra, y el Mesías perteneció a ese Pueblo, viniendo de Abraham, Isaac y de Jacob. El fue Judío, vivió como tal, vino a rescatar a las ovejas perdidas de la casa de Israel, los amó y No vino a anular la ley o a los profetas; más bien vino a darles cumplimiento, vino a cumplir lo que el Padre les transmitió a sus profetas de lo que iba a acontecer (Mateo 5:17).
Todo Creyente seguidor del Mesías, debe cumplir la Ley de Dios, desechando toda clase de doctrinas añadidas por los hombres, que según ellos te acercan a Dios, pero realmente lo que hacen como dijo Yeshua, es poner cargas pesadas, violando la ley de Dios por guardar tradiciones de hombres (Marcos 7:7-9; Mateo 23:2-26; Lucas 11:46). Además de conducirte por el camino ancho que te lleva a la perdición.
El creyente no puede formar parte del mundo, teniendo una relación con personas que son enemigos de Dios (ateos, religiosos, liberales, filósofos, rebeldes a la Torah, etc.), celebrando las fiestas del mundo, siendo participes o admiradores de cosas o eventos de este mundo, porque todo lo que te ofrece este mundo, para nada te será provechoso.
Yeshua dijo: Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido (Mateo 5:18). Jamás la ley de Dios se ha abolido, porque a pesar de que Yeshua murió por nuestros pecados, todavía el pecado está vigente y aún estamos esperando la justicia de Dios y la vida eterna. El reino de Dios aún no se ha establecido en la tierra, por eso el mundo hace lo que su dios (Satanás) desea, trayendo desgracias, hambruna, destrucción, enfermedades o virus, dominio, ambición, etc.
1 Juan 2:15:
No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre (Dios).
Santiago 4:4:
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Por eso, un creyente tiene que tener mucho cuidado y no relacionarse con personas que no tienen su misma fe, porque somos distintos, creyendo fielmente en las instrucciones establecidas por Dios en su Palabra, no dando otra interpretación a la verdad, ni amoldándonos a este mundo.
1 Juan 4:2-3:
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Yeshua el Mesías ha venido en carne, procede de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Yeshua, no procede de Dios; y éste es el del anticristo (anti ungido), del que habéis oído que viene, y ahora está ya en el mundo.
¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? (Marcos 8:36). Hay personas que siguen supuestamente al hijo de Dios, pero no conocen las Sagradas Escrituras, ni cumplen los mandamientos de Dios, les gusta caer bien a los demás y a simpatizar con todo el mundo, formando parte de los pensamientos de las personas que no conocen a Dios, y siendo permisivos en todos los aspectos. A tales personas Yehovah detesta.
El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:17).
Porque nada de lo que hay en el mundo los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida proviene del Padre, sino del mundo (1 Juan 2:16).
Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio (1 Corintios 3:18). La verdadera Sabiduría está en la Torah y no en el mundo.
Un creyente debe vivir en torno a las enseñanzas de la Torah o las Sagradas Escrituras. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Colosenses 3:2).
Un Creyente tiene que tener muy presente las palabras de Yeshua: Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí (Juan 15:18).
Un creyente debe guardar el día que Dios consagro y estableció como reposo, desde el principio, antes de crear al hombre (Génesis 2:2-3), y que fue cambiado por Constantino, por eso los cristianos tienen como día de reposo un día señalado por un hombre, como el día del señor. Pero los creyentes sabemos que Yeshua es su nombre y que no resucito un domingo, sino que resucito en Shabbat, en el día que Dios asignó como El día de reposo.
Un creyente no debe aprovecharse de la bondad de los demás hermanos en la fe, poniendo precio a la Palabra de Dios, que es gratuita para traer vida y en abundancia. Un creyente sabe que los diezmos y ofrendas, eran para el Templo que Dios aprobó construido en Jerusalén y para los Levitas.
Un creyente debe guardar las fiestas asignadas por Dios y no por los hombres, porque el Único Santo que hay es Dios. Las fiestas no solo son para Israel, sino también para todo aquel que quiere formar parte de su Pueblo, injertándose en el olivo (Israel), (Romanos 11). Un creyente sabe muy bien, que Dios no ha rechazado a su pueblo Israel, según las Sagradas Escrituras, aunque las religiones enseñen lo contrario, porque sabemos que la verdad viene de los judíos y que Las Sagradas Escrituras son 100% judías, te hablan sobre su Pueblo Israel, sobre lo que le va acontecer a su Pueblo, las Promesas que Dios le da y su cumplimiento, y que por gracia Dios a extendido la salvación también a los gentiles, a los que no forman parte de su Pueblo para que puedan conocer al Único Dios verdadero y puedan obtener la Salvación, formando también parte por medio de la fe, de las maravillas que Dios tiene preparado a su Pueblo que será Uno, incluyendo a aquellos gentiles que también serán salvos.
Un creyente sabe muy bien que Yeshua es la resurrección y la vida, que seremos resucitados tanto justos como injustos. Y que la resurrección significa restauración de la carne, por eso la mayoría tendremos una resurrección terrenal en el Paraíso, como Yeshua le prometió a aquel hombre judío que estaba colgado al lado de Yeshua en un madero, que lo reconoció como el Mesías y mostró arrepentimiento. De ese paraíso que habló el profeta Isaías.
Los creyentes saben por la Torah, especificado en el rollo o libro de Revelación, que los 144.000, si tienen la promesa celestial y que aparte de ellos, nadie más formará parte del reino celestial, que solo serán hebreos o judíos originarios de la casa de Israel y serán 12.000 de cada tribu.
Un creyente al no formar parte del mundo, no se involucra en eventos sociales, ni se hace participe de votaciones o de partidos creados por cada nación, en el que sabemos que reina el fraude, la avaricia, la mentira, el poder, el dominio de las masas, la corrupción, las estafas, etc. Porque todos los gobiernos están bajo el dominio del dios de este mundo, como lo enseñan Las Sagradas Escrituras.
El camino de Dios es perfecto; la palabra de Yehovah es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. Salmo 18:30.
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