Un creyente debe ser obediente y humilde

Estamos viviendo tiempos críticos, donde vemos la maldad del hombre al rojo vivo.

Lo triste es escuchar la verdad y que no fluya en la vida de las personas, ni quieran obedecer.

El Dios que predicamos es espíritu y si una persona no es espiritual, no conoce al Dios verdadero, y como consecuencia, jamás el espíritu de Dios podrá morar en esa persona, y no será templo del espíritu santo del Dios vivo, porque la verdad, la obediencia y la humildad te acerca a Yehovah.

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16).

Las Sagradas Escrituras se podrán entender solo a través de la sabiduría que Yehovah imparte a los suyos, que no tiene nada que ver, con la compresión en la carne o por el propio entendimiento humano, porque sin el espíritu de Dios no podremos entender lo Sagrado, ni tener discernimiento de parte de Dios.

Para ser templo del espíritu santo, tienes que ser una persona apartada para Dios, una persona consciente de su condición espiritual, sabiendo de que Dios la ve al desnudo y reconocer lo que proviene del Dios verdadero y lo que no, lo que esta bien y lo que esta mal.

Una persona obediente a Yehovah desea hacer las cosas correctamente a los ojos del Dios verdadero y esa va a hacer siempre su prioridad. Sin importar lo que los demás puedan pensar u opinar, porque no se deja guiar por hombres, sino por Dios.

Esta claro que la verdad no es para todos, porque el que se acerca a Yehovah cree que es real y lo ve como tal. No nos debemos de preocupar por cometer pecados, ni centrarnos en nuestros errores, porque esa es lamentablemente nuestra condición, pero somos conscientes de que cuando sabemos las cosas, debemos decidir que camino queremos tomar, si deseamos ir por el camino que nos conduce a la salvación o el camino del autoengaño, es decir de la mentira. Recordemos que es Dios el que nos puede destruir, por lo tanto; tenemos que temerle a Él y no a los hombres que solo pueden matar la carne, pero Dios puede destruir el espíritu para toda la eternidad.

Una persona obediente, tiene temor de Dios y el mismo Dios le revela lo que es correcto a sus ojos.

 Recuerda que Yehovah moró en medio de Israel. «Harán un santuario para mí, habitaré en medio de ellos» Éxodo 25:8. A pesar de que nadie puede ver a Dios y continuar vivo, Yehovah vive en medio de las personas que son agradables a sus ojos.

«Pero estando ya presente El Mesías, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación» (Hebreos 9:11). Tenemos la gran oportunidad de poder ser salvos a través de su gran sacrificio y acercarnos a Dios.

Porque así dice el Alto y Excelso, Morador eterno (sin fin), cuyo nombre es Santo: Yo habito en la altura sagrada, Pero estoy con los de espíritu humilde y quebrantado, Para reanimar al de espíritu humilde y vivificar el corazón quebrantado. Isaías 57:15.

Las Sagradas Escrituras nos dicen: El necio no se deleita en la discreción, Sino en publicar lo que piensa. (Proverbios 18:2).

Yehovah le dijo y le sigue diciendo a Israel: Si realmente escuchas a Yehovah tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, Adonai tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. (Deuteronomio 28:1).

¿Quieres ser parte de su Pueblo escogido?, es algo que te debes de preguntar.

No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. (Santiago 1:22).

Dios aborrece hasta la oración del que se niega a obedecer la ley. (Proverbios 28:9). Por eso es imposible que le ley de Dios este abolida, pero es cierto que Yeshua abolió la ley de los hombres. 

El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde. (Proverbios 10:17).

Te recuerdo lo que dijo Yehovah: Cumple los mandatos de Yehovah tu Dios; sigue sus sendas y obedece sus decretos, mandamientos, leyes y preceptos, los cuales están escritos en la ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y por dondequiera que vayas. (1 Reyes 2:3).

Yehovah también le dijo a su Pueblo: Si no me hacen caso ni se deciden a honrar mi nombre dice el Dios Todopoderoso, les enviaré una maldición, y maldeciré sus bendiciones. Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme. (Malaquías 2:2).

Sabemos que Yehovah es un Dios de amor, pero recordemos también que es un Dios de irá, para todos los que le desobedecen y no quieren prestar atención a sus palabras. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. (Romanos 8:14).

Así dice el YHWH al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán.» (Amós 5:4).

Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo. Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Yeshua. (Yeshua obedeció al Padre en todo). (1 Juan 2:3-6).

Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. (Juan 15:10).

El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio. (1 Juan 3:24).

Yeshua dijo: ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. (Juan 14:21).

 Dichosos más bien contestó Yeshua los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. (Lucas 11:28).

Reconoce, por tanto, que Yehovah tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. (Deuteronomio 7:9).

Ser creyente te hace obedecer y como dice Gálatas 6:6: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!. (Proverbios 5:13).

El temor a Yehovah es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.

(Proverbios 1:7).

Proverbios 1:5: Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo.

El creyente toma en cuenta siempre la Torah que dice: El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla. (Proverbios 29:11).

Presta atención si deseas ser un verdadero adorador: Los labios del necio son causa de contienda;

su boca incita a la riña. (Proverbios 18:6).

No seamos necios, si deseamos que el Creador este con nosotros. 

Al necio no le complace el discernimiento; tan solo hace alarde de su propia opinión. (Proverbios 18:2).

Así que tengan cuidado con su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. (Efesios 5:15-16).

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para la enseñanza, para la refutación del error, para la corrección, para la instrucción en la justicia, a fin de que el hombre de Dios esté completamente calificado, equipado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17).

En Santiago 4:6: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». La gracia de Dios es abundante para con los que actúan con humildad en medio de cualquier situación. Agrademos a Dios con nuestras actitudes: seamos humildes.

El temor a Yehovah imparte sabiduría; la humildad precede a la honra. (Proverbios 15:33).

Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. (Mateo 5:5).

Busquen a Yehovah todos los humildes de la tierra, los que han puesto en práctica sus normas.

Busquen la justicia, busquen la humildad; tal vez encontrarán refugio en el día de la ira de Dios (Sofonías 2:3).

Recuerda: Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría. (Proverbios 11:2).

Yehovah dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino. (Salmo 25:9).

Así mismo, jóvenes, sométanse a los ancianos. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».(1 Pedro 5:5).

¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. (Santiago 3:13).